La actriz Hedy Lamarr y el pianista George Antheil inventaron las radiocomunicaciones seguras, la base del Wi-Fi

La actriz Hedy Lamarr y el pianista George Antheil inventaron las radiocomunicaciones seguras, la base del Wi-Fi

Hedwig Eva Maria Kiesler nació en Viena en 1914, empezó estudiando Ingeniería pero alcanzó la fama mundial con la película checa Éxtasis. Obligada a casarse con el magnate Friedrich Mandl, aprovechó los negocios de su marido con el nazismo para adquirir conocimientos en la industria armamentística. A continuación el Doctor Hosting ha seleccionado algunos pasajes del documental ‘Bombshell, la historia de Hedy Lamarr’ que resumen esta interesante historia.

 

Tras huir de ese matrimonio y llegar a convertirse en la Sex Symbol de Hollywood con el sobrenombre de Hedy Lamarr, decidió poner su inteligencia al servicio de los Aliados debido a su condición de judía. Los gobiernos no querían usar un misil teledirigido por miedo a que el enemigo interceptara la señal de control fueran y pudiera usarlo en su contra; así que a Hedy se le ocurrió un método para enviar una señal que cambiase de frecuencia a cada segundo de forma sincronizada.

 

Este ‘Sistema de comunicaciones secreto’ consistía en un espectro ensanchado por salto de frecuencia, de forma que no podría ser interceptado porque el enemigo sólo podría atacar una frecuencia durante un segundo, que al cambiar sería imposible de controlar en todo el recorrido del proyectil.

 

La idea prometía pero faltaba desarrollarla. Al pianista George Antheil se le ocurrió usar el papel perforado de las pianolas, que accionan las teclas del piano para reproducir música de forma automática.

 

Como la pianola tiene 88 teclas se podrían usar 88 frecuencias en un papel perforado para activar señales de radio sincronizadas entre un barco y un proyectil. Sería un sistema de encriptación indescifrable.

 

El 11 de agosto de 1942 Hedy Lamarr y George Antheil recibieron el número de patente 2.292.387 por su ‘Sistema de comunicación secreta’. En la parte superior de la hoja puede leerse H. K. Markey et al., iniciales que corresponden a Hedwig Kiesler Markey (como puede leerse en la parte de abajo), nombre de pila de nacimiento y apellido de casada en ese momento de Hedy Lamarr, algo que influyó en que no recibiera el reconocimiento debido por no haberla registrado con su nombre artístico.

 

Hedy y George donaron su invento al Consejo Nacional de Inventores, pero se entendía que si el ejército lo usaba se les pagaría. Empezó un lío burocrático, primero con la negativa de la Marina a usarlo y después con la apropiación por parte del Gobierno de los Estados Unidos del invento en 1942 por ser propiedad de un enemigo extranjero (Hedy Lamarr no era aún ciudadana estadounidense).

 

La patente expiró en 1959 y pasó a ser de dominio público. Pero sí había sido usada antes, ya que la marina se la entregó al contratista Romuald Irenus ‘Scibor-Marchocki, quien se basó en la patente para crear un sistema seguro de comunicación entre sonoboyas (dispositivo subacuático de detección de submarinos), aviones y barcos de la marina, como contaba en su desparecida web en el artículo ‘Un homenaje a Hedy Lamarr’ (ver copia en Archive), donde también hablaba del drone de vigilancia que usaron a principios de los 60 en Vietnam: “Por primera vez teníamos la capacidad de cambiar de frecuencias rápidamente”.

 

Según la ley de Estados Unidos un inventor dispone de los 6 años posteriores al vencimiento de su patente para reclamar su compensación económica, pero ni Antheil ni Lamarr cobraron nada por su invento. Con el paso de los años el salto de frecuencia fue revolucionario y dio pie a las radiocomunicaciones seguras, la base para los sistemas Wi-Fi, GPS, Bluetooth, telefonía móvil…

 

Tuvo que pasar mucho tiempo para que Antheil y Lamarr obtuvieran el reconocimiento a su invención, como el Electronic Frontier Foundation Pioneer Award en 1997 y fueron incluidos en el National Inventors Hall of Fame in 2014. Además, desde 2005 el cumpleaños de Hedy (9 de noviembre) es el Día del Inventor en Austria, Suiza y Alemania. El Doodle en conmemoración del que hubiera sido el 101º cumpleaños es un buen resumen visual de su vida.

 

 

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