El robot AV1 va a la escuela para evitar el aislamiento del alumno

El robot AV1 va a la escuela para evitar el aislamiento del alumno

Hay niños que por una enfermedad grave no pueden salir de casa o del hospital, y según los padres la enfermedad o el dolor no son lo peor, sino el sentimiento de soledad y aislamiento. Así que Karen Dolva fundó No Isolation en Noruega para desarrollar el robot AV1, con el que los niños con problemas de salud pueden seguir conectados al mundo real y conservar a sus amigos.

 

 

AV1 es como un avatar en la vida real. El alumno puede ver, oír y hablar a través de él con una app para móvil, e incluso puede moverlo. Tiene un modo para susurrar al compañero de al lado, y con sus leds indica su estado, por ejemplo si no quiere participar y sólo escuchar se enciende el color azul, y si quiere responder a una pregunta las luces de la cabeza parpadearán.

 

El Colegio Alemán de Madrid ha adquirido este robot de telepresencia como parte de su programa de inclusión, para una alumna de secundaria que realiza una terapia en una clínica fuera de Madrid: “Podrá seguir las clases a través de una conexión de vídeo segura y encriptada. Además, AV1 tiene su propia tarjeta SIM y batería, de modo que también se puede utilizar para actividades extraescolares”. Concretamente Marisol recibe un tratamiento contra el cáncer de su rodilla en la Clínica Universitaria de la Charité, en Berlín.

 

Marisol no sólo no va a repetir curso, sino que emocionalmente se va a sentir arropada por sus compañeros de clase, lo que le dará más ánimo para luchar contra su enfermedad. A través de AV1 ella ve qué ropa se lleva, qué canciones están de moda, cómo se relacionan los demás… de forma que se siente más integrada. El Director del centro comenta que la experiencia ha sido positiva: “La presencia del avatar no supuso ninguna carga extra para la buena marcha del instituto. Y eso es casi lo más bonito de este proyecto: que son las propias compañeras las que asumen la responsabilidad de integrar en las clases a su amiga enferma”.

 

La seguridad y privacidad priman en este robot:

  • Sólo un menor puede usar el AV1, si un padre o tutor lo usa incumpliría el contrato. El acceso a la app es mediante contraseña y sólo un menor puede estar conectado.
  • AV1 sólo se puede utilizar en tiempo real y no es posible grabar o guardar ningún dato. Todos los datos transmitidos por streaming están encriptados para evitar que alguien acceda.
  • AV1 no permite grabar nada ni hacer capturas de pantalla y si se intenta se enviará una notificación al usuario y a No Isolation. Si sucede dos veces el robot se desactivará. Si el menor intenta conectar el robot a una televisión la pantalla se volverá negra. En el caso de Marisol una compañera de clase autorizada a tener encendido su móvil en clase le envía por WhatsApp alguna foto de los apuntes o ejercicios en la pizarra.

 

 

El robot le ha permitido a algunos niños “conocer” a sus ídolos, como se muestra en el vídeo anterior. El AV1 mide 27 centímetros de alto y sólo pesa un kilo, lo que facilita su transporte entre los más pequeños. En todo el mundo ya hay 850 unidades en uso, sobre todo en los países escandinavos (en Noruega los seguros médicos incluso cubren parte de los costes), el Reino Unido y Países Bajos. El robot cuesta unos 3.690 euros.

 

 

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