19 de octubre de 2022
Libro recomendado: Cómo trabaja Google (Eric Schmidt y Jonathan Rosenberg) #DoctorHosting
El Doctor Hosting siempre ha tenido curiosidad por ver si en Google se trabaja mejor que en Hostalia. Por eso ha disfrutado del libro ’Cómo trabaja Google’, de Eric Schmidt (Presidente Ejecutivo y ex Director General) y Jonathan Rosenberg (ex Vicepresidente Senior de Productos).
“Siendo ejecutivos experimentados, nos habíamos sumado a Google con la idea de llevar una suerte de ‘supervisión adulta’ a un lugar caótico. Pero llegado el verano de 2003, ya habíamos trabajado en la empresa el tiempo suficiente como para darnos cuenta de que ésta se administraba de forma distinta a cualquier otro lugar, con empleados que tenían un poder único y que operaban en una industria nueva que evolucionaba rápidamente. Comprendíamos la dinámica de nuestra nueva industria lo suficiente como para saber que la vía para defendernos de Microsoft era una excelencia constante en nuestros productos. Sin embargo, también entendíamos que la mejor manera de lograr esa excelencia no era por medio de un plan de negocios tradicional, sino por medio de la contratación de los mejores ingenieros disponibles para después quitarnos de en medio. Sabíamos que nuestros fundadores intuían cómo liderar en esta nueva era, pero aceptaban que no sabían cómo construir una empresa que tuviera la escala necesaria para hacer realidad su ambiciosa visión. Eran grandes líderes de científicos en computación, pero necesitábamos más que eso para crear una gran empresa”, indican los autores.
Los empleados de Google son distintos:
- No están dedicados a tareas específicas
- No se les limita el acceso a la información sobre la empresa ni al poderío de cómputo
- No les molesta asumir riesgos, ni se les castiga o limita en modo alguno cuando sus iniciativas riesgosas fracasan
- No son apresados por las definiciones de los puestos ni por las estructuras organizacionales; de hecho, se les alienta para que lleven a la práctica sus propias ideas
- No se callan cuando están en desacuerdo con algo
- Se aburren fácilmente y cambian mucho de trabajo
- Son multidimensionales y, por lo regular, combinan la profundidad técnica con el conocimiento de los negocios y el toque creativo
- En otras palabras, no son trabajadores del conocimiento, al menos no en el sentido tradicional
A este tipo de empleado Eric Schmidt y Jonathan Rosenberg lo han bautizado como Creativo Inteligente, al que consideran la clave para obtener el éxito en el Siglo de Internet: “Posee un profundo conocimiento técnico sobre cómo usar las herramientas del oficio, y también tiene mucha experiencia práctica”. Puede tener títulos académicos expedidos por grandes universidades o haber aprendido de forma autónoma, puede hallarse en cualquier ciudad o pueblo, trabajando para una ONG o para una multinacional… “El común denominador de estos creativos es que trabajan duro y están dispuestos a cuestionar el statu quo y a abordar las cosas de manera distinta. Ésta es también la razón por la que son difíciles de manejar, especialmente cuando se les somete a viejos modelos. No importa cuánto lo intentes, pues jamás lograrás decir a ese tipo de personas qué pensar. Si no puedes decir a alguien cómo pensar, debes aprender a manejar el ambiente en el que piensan y lograr que sea un lugar al que quieran asistir todos los días”.
No todos los creativos inteligentes tienen las características que se comentan a continuación: “De hecho, muy pocos las tienen. Pero todos deben tener conocimiento técnico, comercial, energía creadora y deben ser prácticos para lograr que las cosas se hagan. Ésos son los principios fundamentales”, comentan los autores. El Creativo Inteligente tiene algunas de estas características:
- Punto de vista analítico: se siente a gusto con los datos y puede usarlos para tomar decisiones. Entiende las falacias que esto conlleva y está en guardia contra el análisis excesivo. Cree que los datos deben decidir, pero no permite que sean el único elemento de decisión.
- Sabe de negocios: ve una línea directa que va del conocimiento técnico profundo a la excelencia en el producto para luego llegar al éxito comercial, y comprende el valor de las tres fases.
- Es competitivo: sus valores parten de la innovación, pero también se basan en el trabajo duro. Quiere la grandeza y sabe que eso no sucede en un horario de 9 a 5.
- Comprende al usuario: no importa en qué industria se desempeñe, concibe su producto pensando en el cliente mejor que nadie más. La conocemos con el nombre de ‘usuario avanzado’, y su interés no es casual, sino casi obsesivo. Estamos ante el diseñador de autos que se pasa los fines de semana arreglando ese Pontiac clásico modelo 1969, o ante el arquitecto que no para de rediseñar su casa. Es su propio grupo focal, prueba sus versiones preliminares y es su propio conejillo de Indias.
- Es fuente de ideas nuevas que en verdad son nuevas: su perspectiva es distinta de la tuya o la mía. En ocasiones, su perspectiva es distinta a la suya propia, puesto que puede adoptar la perspectiva camaleónica cuando es necesario hacerlo.
- Es curioso: siempre se está cuestionando, se siente insatisfecho con el statu quo, ve problemas por resolver en todas partes y piensa que es la persona adecuada para resolverlos.
- Asume riesgos: no tiene miedo a fallar porque cree que en esa falla existe por lo regular algo valioso que aprender. También le sobra confianza y por ello sabe que, si fracasa, puede recuperarse y hacer las cosas bien en la siguiente ocasión.
- Se dirige solo: no espera a que le digan qué hacer y a veces ignora la indicación si no está de acuerdo con ella. Actúa con base en su propia iniciativa.
- Es abierto: colabora abiertamente y juzga y analiza las ideas por sus méritos y no por su origen.
- Hace las cosas a fondo: siempre está disponible y puede recitar de memoria los detalles que le ocupan, no porque los estudie y memorice, sino porque los conoce.
- Es comunicativo: es gracioso y se expresa con encanto e incluso carisma, ya sea en intercambios personales o ante un grupo.
“El objetivo principal de cualquier negocio en la actualidad debe ser el incremento de la velocidad del proceso de desarrollo de productos y la calidad de su producción”. El problema es que los procesos se centran hoy en día en evitar el riesgo y los errores, lo que resulta en un ambiente que sofoca a los creativos inteligentes. Las compañías tienen que cambiar el chip para atraer creativos inteligentes que creen grandes productos continuamente.
Por último, los autores indican que antes se contrataba a personas para trabajar, ahora se les contrata para pensar, y para ello es imprescindible que tengan acceso a la información: “El propósito del liderazgo es optimizar el flujo de información por toda la empresa, todo el tiempo, todos los días”.
Muy buena recomendación. Lo he leído y me ha gustado mucho.
Un saludo