23 de abril de 2025

Qué es y cómo solucionar el error HTTP 300
Cuando visitas una web, tu navegador y el servidor se comunican a través de códigos HTTP que indican si todo va bien… o no. Seguro que más de una vez te ha saltado el famoso error 404. Pues bien, existen todo tipo de errores con diferentes códigos numéricos, y uno de ellos es el error 300.
El código HTTP 300, también conocido como “Multiple Choices”, indica que la URL tiene más de una posible respuesta. Se genera cuando el servidor devuelve varias versiones o rutas alternativas para el mismo recurso, y le toca al navegador (o al usuario) elegir cuál usar.
Por ejemplo, puede haber diferentes variantes de una misma página: en distintos idiomas, con o sin “www”, en formato HTML o PDF… Si el servidor no sabe cuál mostrar por defecto, lanza un 300 para que el cliente decida.
Aunque técnicamente no es un error grave (porque el contenido sí existe), sí genera resultados indeseados (por ejemplo, la página en inglés en vez en el español, o arroja la versión http), sobre todo si no está bien configurado o si los motores de búsqueda se encuentran con varias versiones de la misma página.
¿Cómo evitar que el error 300 afecte al SEO o a la experiencia de usuario?
Aunque el código 300 no sea un error grave, sí que impacta al posicionamiento web (SEO) y a la experiencia del usuario en tu página.
Desde el punto de vista del SEO, tener varias versiones de una misma página sin definir cuál es la principal provoca que Google no sepa cuál indexar. Por lo tanto, no mostrará tu contenido a nadie o, por lo menos, no lo pondrá de primero, haciendo que pierdas visitas y posibles clientes.
Y desde el lado del usuario, si el navegador se encuentra con varias opciones para una URL y no hay una por defecto, la página puede no cargar correctamente… o redirigir a una versión que no es la deseada (por ejemplo, en otro idioma o sin contenido actualizado).
¿Cómo solucionar el error HTTP 300?
Para que no haya un error HTTP 300 tenemos que asegurarnos de que el servidor sepa exactamente qué versión de la página debe mostrar. Para ello, siempre que crees una versión alternativa de una página (cambias el nombre de la URL, la duplicas en inglés…), utiliza redirecciones 301 o 302 para que el navegador acceda siempre a una única versión de cada URL. Haz lo mismo con HTTP y HTTPS, dile a tu servidor que dirija todo el tráfico de http a https, que es la versión segura (esto lo configuras en tu propio hosting).
Llevando a cabo estas dos medidas el navegador ya no tendrá que “elegir” entre varias opciones y mostrará solo la canónica.
¡Y ya está! En realidad, solucionar el error HTTP 300 es así de sencillo.
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