El concepto de hosting dedicado hace referencia a que el usuario dispone de un servidor en exclusiva para su uso, donde no comparte los recursos de la máquina con ningún otro cliente.
Este tipo de servicios ofrece mucha más flexibilidad que un compartido, ya que el usuario tiene completo control sobre la máquina, y más potencia que un servidor virtual privado, ya que toda la RAM, disco duro y CPU estarán destinadas a las aplicaciones web ahí hospedadas.
Para hacer un símil, un servidor dedicado es lo mismo que disponer de un ordenador en nuestra casa, con la diferencia de que el servidor está ubicado en un centro de datos, que dispone de máxima seguridad para que todas las máquinas funcionen las 24 horas del día.
Por ejemplo, los servidores dedicados sirven para:
Al igual que pasa con los VPS, el cliente tiene el control total de la máquina, siendo él el encargado de administrarla, aunque si no tiene conocimientos para ello siempre puede contratar algún servicio de este tipo que ofrezca la empresa de hospedaje, como ocurre con Hostalia.
Una limitación del servidor dedicado es que el usuario contrata la máquina con unas características, que luego se pueden quedar pequeñas o ser demasiado grandes para sus necesidades. Si no se sabe bien qué cantidad de recursos se consumirán, una buena opción es decantarse por un sistema Cloud.
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